Se acabó el curso, un curso, cuanto menos, peculiar. Hemos visto miles de películas de pandemias, pero ¿quién nos iba a decir que nos tocaría vivir una?. Esto, ha hecho que la recta final del curso 2019/2020 haya sido muy diferente y complicada.
Aún recuerdo, una de las primeras semanas que bajé a comprar a una carnicería, donde me conocen porque son los que me abastecen de órganos para las disecciones (he vuelto a leer esta frase y suena súper macabro). Ellos saben que soy profe y lo primero que me dijeron fue «ahora de vacaciones hasta que acabe esto». ¿Perdona? Si antes ya no me separaba del ordenador en toda la tarde, ahora no lo hago, en toda la tarde ni en toda la mañana (y a veces, ni en toda la noche).
Y es que, de vacaciones nada. Siempre vamos a escuchar la típica frase de: «es que el profesor de mi hija no ha hecho nada», «es que mandaba tarea para un mes y luego no sabíamos nada de él»… Pero probablemente, estos casos, eran aislados. En mi centro los profesores, hemos trabajado igual o más que en la educación presencial.
Yo partía con ventaja, puesto que mis alumnos/as, estaban acostumbrados a trabajar online a través Flipped classroom y plataformas, pero muchos de mis compañeros, han tenido que aprender a base de esfuerzo y dedicación, ya que, de un día para otro, estábamos en casa, sin medios, sin información y realizando con alumnos entre 12-18 años, educación a distancia (no me imagino lo que ha debido ser en maestros de primaria e infantil).
Podría contaros muchas cosas de estos meses, podría hablaros de los momentos de agobio y desesperación, pero no lo voy a hacer, porque creo que lo aprendido, supera a las decepciones. Han sido muchas las historias divertidas (a la vez que surrealistas) de este confinamiento, tantas que no podría escribirlas todas, por lo que, he decidido grabar un vídeo contándolo todo. Aquí os dejo las historias de una profe confinada. ¿Cuántos coincidís conmigo?
Aquí os dejo también la entrada a la entrevista del periódico donde hablo un poco más del confinamiento y como lo estaba gestionando.
Ahora solo queda pensar en cómo será el curso 2020/2021 y lo peor de todo, ¿dónde estaré?. Un verano de incertidumbre.